La prestación de servicios en el mercado laboral colombiano

Al parecer, los contratos por prestación de servicios y la pensión no encuentran armonía entre sus intereses; factores como la inestabilidad, la tercerización para la contratación y otras extralimitaciones no contempladas en el marco del contrato civil, hacen que esta modalidad retrase el anhelo de consolidar el derecho pensional.

Por:Carmen Moreno Martha Meza y Angela Gomez Lun, 02/05/2018 - 10:21
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Contratista de servicios
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Foto tomada de la página web epm.com.co

Continuamos con el informe especial sobre el contrato de prestación de servicios, el cual también fue elaborado por estudiantes de la Maestría en Periodismo de la Universidad Icesi, bajo la dirección del profesor Mauiricio Guerrero.

Lea la primera publicación titulada ¿Y los derechos de los prestadores de servicios?


La vinculación de trabajo por prestación de servicios, a pesar de ser considerada como un contrato civil, ha tomado gran fuerza en el mercado laboral, especialmente con las opciones que ofertan gran parte de las empresas, instituciones, organizaciones y empleadores en general. Para analizar algunas de las implicaciones que conlleva ser un contratista por prestación de servicios, se abordarán tres categorías que, de manera cronológica, conducen a las principales etapas de la vida de un trabajador vinculado bajo esta modalidad de empleo.

Ingreso al mercado laboral

Según la encuesta de transición de la escuela al trabajo 2015 (con información solo hasta esta fecha), realizada por el Departamento Administrativo de Estadística, DANE, aplicada en 13 ciudades de Colombia, la población desocupada entre los 14 y 29 años de edad, identificó la falta de experiencia laboral como el mayor obstáculo para conseguir trabajo. En 2013 la distribución porcentual fue del 34,3%, mientras que en 2015 aumentó al 40,8%.

Entre algunos de los obstáculos, sobresalen los requisitos de formación académica que se imponen para una oferta laboral. En 2013, el 21,3% de los jóvenes encuestados identificaron este factor como una dificultad, mientras que en 2015, el porcentaje fue del 16,8%. En este caso, se presenta una considerable reducción en comparación con 2013, lo que podría llevar a pensar que debido a este tipo de exigencia, los jóvenes se están capacitando cada vez más para ajustarse a los requerimientos del mercado laboral.

En el año 2013, el 15,3% de los jóvenes encuestados también indicó la poca disponibilidad de puestos de trabajo, mientras que para 2015 este porcentaje disminuyó, llegando al 14,3%. Esto se podría relacionar con los obstáculos expuestos anteriormente, ya que al aumentar el número de jóvenes capacitados para ocupar un puesto de empleo, también aumentan las posibilidades de encontrar un puesto de trabajo (gráfico nº 1).

Distribución porcentual población joven según dificultad para trabajar


Independientemente del nivel de estudios, la mayoría de los nuevos trabajadores se enfrentan a dificultades como: falta de experiencia laboral, exceso de requisitos de formación académica y escasez de puestos de trabajo disponibles, lo cual puede configurarse como una situación que los obliga a vincularse a través de contratos cortos, para actividades puntuales, y por prestación de servicios.

No obstante, lo anterior puede implicar una afectación en la calidad de vida de quienes se vinculan al mercado laboral a través de este tipo de contrataciones. Las posibilidades de atender complicaciones en la salud, menores oportunidades para acceder a diferentes tipos de créditos, incluidos los de vivienda, entre otros. Esta clase de situaciones dificultan el panorama de los prestadores de servicio, especialmente si se tiene en cuenta que la población en edad productiva comienza a proyectar planes de vida a corto o mediano plazo que, en la mayoría de los casos, incluyen metas relacionadas con adquisición de vivienda o vehículo, acceso a educación profesional o especializada, conformación de una familia, o inversión en ideas de emprendimiento empresarial.

Martha Liliana Meza, socióloga de 28 años de edad, compartió su experiencia:

“Yo estaba trabajando como prestadora de servicios para un proyecto con (…) y me enfermé de una muela, fui al médico y me incapacitaron, pero eso no valió de nada en mi trabajo, porque igual tuve que estar en las reuniones y agilizar la entrega de informes; tuve que cubrirme bien la cabeza y salir a trabajar así para poder cumplir con mis obligaciones”.

Edilson Monroy, educador, dijo:

En cuanto a posibilidades de créditos con bancos si es difícil, porque ellos siempre buscan respaldo económico para generar la confianza crediticia y que uno pueda pagar el préstamo. Entonces, un contrato de tres meses no les garantiza la estabilidad del cliente”.


Jóvenes, Maternidad y Proyectos

En Colombia, se considera como población “joven” a las personas que oscilan entre los 18 y 29 años de edad, segmento con marcadas necesidades laborales, especialmente entre aquellos que buscan acceder a “buenos contratos”, y que al parecer están motivadas por la posibilidad de acumular experiencia laboral, tener sus primeros ingresos monetarios, además de contar con flexibilidad en los horarios para dedicarse a otros compromisos familiares y personales.

A diferencia de las generaciones nacidas entre las décadas de los años 40 y 70 en el siglo XX, que buscaban trabajos fijos o de planta en una sola empresa hasta pensionarse, desde las últimas décadas la población joven de Colombia se enfrenta a nuevas condiciones laborales. Con  el aumento de población apta para trabajar, y por ende  mayor competencia, la  motivación es  buscar trabajos transitorios y a término fijo, que proporcionen mayor experiencia en diferentes ámbitos para el desarrollo de competencias variadas, además  de mejores salarios y calidad de vida. Según el DANE, el tiempo que tardan los jóvenes entre 14 y 29 años de edad en conseguir un nuevo empleo oscila entre uno y tres meses.

Sin embargo, en algunos sectores de la economía toma auge la idea de emprendimiento, la innovación y la creación de pequeñas y medianas empresas, por lo que ello puede ser una de las causas del aumento de trabajos independientes, que junto con los informales, constituyen una importante categoria de empleo en el país.

Según información del DANE, para el período 2007-2017, la tasa de trabajadores independientes es importante frente a otras categorías, según la posición ocupacional, y se ha mantenido estable entre 2008 y 2017, toda vez que ha oscilado entre 30.2% y 31.7% (gráfico nº 2). Eso quiere decir, que aunque las condiciones laborales de las últimas décadas están sujetas a la  inestabilidad y cambios constantes en el lugar de trabajo, existe un gran porcentaje de trabajadores que se mantienen en la modalidad de asalariados.
 

Distribución porcentual población joven según posición ocupacional



De acuerdo con algunos testimonios recopilados para identificar diferentes casos y experiencias de trabajadores jóvenes en la modalidad de prestación de servicios, podría decirse que las necesidades y motivaciones de los jóvenes varían de acuerdo a la edad. Inicialmente, acumular experiencia laboral es una de ellas. A medida que pasa el tiempo, los jóvenes maduros comienzan a priorizar en su plan de vida, algunos proyectos como dar continuidad a sus estudios, conformar una familia, tener hijos, acceder a una mejor calidad de vida e independencia, vincularse a empleos que incluyan flexibilidad en horarios y facilidad de acceso a los mismos.

“Lo bueno de ese tipo de contratos es que uno no está obligado a cumplir horarios, sino que son tareas concretas a las que hay que responder… Yo empecé a estudiar los sábados e inmediatamente colocaron a otra persona para que me reemplazara mientras yo estudiaba”, Camila Landázuri, bachiller académico, 22 años.

 “En cuanto al tema de los horarios, por ejemplo, ahora estoy con un contrato de este tipo en Univalle y también estoy adelantando actividades en el sindicato”, Edilson Monroy, educador popular y periodista de un sindicato, 34 años.


La encuesta de transición de la escuela al trabajo 2015 realizada por el DANE evidencia que en el año 2013, el 29,1% de los jóvenes manifiestan, en primer lugar, que prefieren trabajar como prestadores de servicios para tener más independencia, mientras que en el 2015, este porcentaje aumentó al 31,3%. También están los jóvenes que optaron por este tipo de empleo porque les brinda horarios de trabajo flexibles; en el año 2013 el porcentaje fue del 18,7% y para el año 2015 aumentó a 19,7%.

Según los datos, cada año estas dos razones tienden a incrementarse, ya que como lo muestran los testimonios, esto permite que los trabajadores puedan organizar su tiempo y dedicarse a otras actividades de su preferencia personal (gráfico nº  3).

Distribución porcentual población joven según motivación para trabajar como independiente


De otra parte, la falta de oportunidades, con respecto a capacitaciones y beneficios que otorga un contrato laboral con todas las garantías que se derivan de ese tipo de vinculación, son entre otras, algunas de las quejas más frecuentes por parte de trabajadores vinculados con la modalidad de prestación de servicios.

 “Lo malo del contrato por prestación de servicios es que no nos brindan capacitaciones a los empleados”, Pili Vanessa Nieto, administradora de empresas, 31 años.

“Hay contratos de prestación de servicios muy cortos que demandan más tiempo, a veces tiempo completo y horas extra para cumplir las actividades, asistir a reuniones y entregar informes”, Dalila Pachajoa, ingeniera de sistemas, 30 años.

“Si en cualquier momento se llega a acabar la empresa, tu sales fácil como entraste y no vas a tener acceso a liquidación ni a los beneficios de subsidio para los niños”, Helber García, trabajador del Centro Nacional de Consultoría, 33 años.


Con respecto al tema de la maternidad, padres y madres, especialmente los “cabeza de hogar”, la contratación por prestación de servicios trae diversos panoramas. Es más dificil que en estos casos la empresa de cumplimiento a la obligación de reconocer la licencia de maternidad a las trabajadoras que notifican estar en estado de gestación o que aplique las disposiciones que establecen un fuero para la paternidad.

Pili Vanesa Nieto Londoño, tiene 31 años de edad, es administradora de empresas y hace unos meses dio a luz a su hija Gabriela mientras trabajaba por prestación de servicios como auxiliar administrativa para una institución de educación superior en Pasto.

“Cuando pasé la notificación de mi embarazo y la solicitud de licencia de maternidad a recursos humanos, la institución no se responsabilizó y me sugirió acordar los términos con mi supervisor directo o jefe inmediato. Lastimosamente no me reconoció la licencia de maternidad, pero pude seguir cumpliendo con mis actividades desde mi hogar”.


Por otra parte, la flexibilidad en cuanto a los horarios para el cumplimiento de las funciones, es un aspecto que se destaca en los testimonios de los entrevistados. Rosa Lorena Cuayal Estacio, tiene 28 años de edad, es ingeniera de sistemas, renunció a un contrato de nómina y ahora busca vincularse nuevamente bajo la modalidad de prestación de servicios.

“Estuve trabajando en la empresa (…) con un contrato de seis meses, aparentemente estable, pero lastimosamente nos incumplieron en los últimos tres pagos, eran estrictos con los horarios, daban pocos permisos y me tocaba reponer horas. Decidí renunciar y estoy buscando un trabajo por prestación de servicios para tener mayor libertad, flexibilidad en los horarios y poder atender las necesidades de mi hijo”.

Hay actividades que toman mucho tiempo, puede que no se cumpla horario de oficina ni nada, pero las actividades que uno debe hacer, como presentación de informes y otras cosas por el estilo, requieren de tiempo de trabajo en la casa”. Edilson Monroy, educador. 

 

Pensión y prestación de servicios

Como es de esperarse, la meta que aspira cumplir cualquier trabajador es obtener una pensión de jubilación. Ésta, cada vez los trabajadores la ven más lejana, especialmente las nuevas generaciones, debido a las reformas al sistema de pensiones y el consecuente aumento de los requisitos de edad y número de semanas de cotización.

Los trabajadores que actualmente oscilan entre los 50 y 65 años de edad, están en una especie de limbo laboral, en el cual no se pueden dar el lujo de abandonar o perder sus puestos de trabajo, sea cual sea la modalidad de contratación, pues su interés no dista sino de un solo y claro objetivo: pensionarse.

Rogelio Gómez Casanova, tiene 63 años de edad, es Médico General y actualmente trabaja por prestación de servicios en un municipio del departamento de Nariño.

“Demandé a la entidad de salud en la cual trabajé durante más de 10 años por prestación de servicios en Pasto; con ésta, exijo el pago integral de aportes, vacaciones, prestaciones y demás, correspondientes a ese período. Por ahora estoy con otro contrato por prestación de servicios, pero busco vincularme de nómina para cumplir con las semanas de cotización y poder pensionarme pronto”.


Al parecer, los contratos por prestación de servicios y la pensión no encuentran armonía entre sus intereses; factores como la inestabilidad, la tercerización para la contratación y otras extralimitaciones no contempladas en el marco del contrato civil, hacen que esta modalidad retrase el anhelo de consolidar el derecho pensional.  

Sin embargo, pagar los aportes a salud, pensión y riesgos profesionales de manera independiente parece ser una garantía a la hora de sumar tiempo de cotización de una forma segura. Según el artículo de Juan Gosaín, titulado: “El calvario de los colombianos en busca de su pensión”, publicado por el diario El Tiempo en mayo de 2016, el panorama para muchos trabajadores dependientes parece ser desalentador y sombrío, pues se presentan casos de empleadores que no reportan las cuotas de los aportes de sus trabajadores.

Según informes de la Administradora Colombiana de Pensiones, Colpensiones, desde hace varios años se trata de ejercer mayor control sobre los recaudos, pero a pesar de esto, la situación de mora en los aportes sigue encendiendo las alarmas; en marzo de 2016 enviaron recordatorios de pago a 11.794 empleadores morosos.

El informe de Medición del Empleo Informal y Seguridad Social, correspondiente al trimestre septiembre-noviembre 2016-2017 del DANE muestra que el 93,4% de los ocupados en las 13 ciudades y áreas metropolitanas reportaron estar afiliados a seguridad social en salud. En el caso de las pensiones, la participación de los cotizantes fue de 51.2% para 2017, aumentando 1,8 puntos porcentuales respecto al año anterior (49.4%). Esto demuestra que para un trabajador es más importante estar afiliado a un régimen de salud, que estar cotizando la pensión, ya que como se había mencionado, cada vez son menos las posibilidades de alcanzar una pensión debido a las condiciones actuales de contratación (gráfico nº 4).

Población ocupada según afiliación a la seguridad social


Así las cosas, en este punto surge un interrogante entre los prestadores de servicios ¿me pensionaré?, y si es así, ¿cuándo sucederá? Actualmente, para pensionarse en Colombia se requiere haber cumplido 57 años de edad si es mujer y 62 años si es hombre, además de haber cotizado un mínimo de 1300 semanas, salvo que se trate de personas cobijadas por los régimenes de transición establecidos en las reformas al sistemas de pensiones.

Según el artículo “La edad de jubilación no es lo que más preocupa en el debate pensional en Colombia”, publicado en agosto de 2016 por el diario Portafolio,  Sergio Clavijo, presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras, Anif, recuerda que en la actualidad solo el 37% de los mayores de 65 años disfruta de pensión, cifra que significa casi la mitad del promedio de América Latina (64%), y lo peor, subraya, es que la tendencia señala que en unas décadas la cobertura será de apenas el 20% debido a la informalidad laboral”.

Esto quiere decir que menos del 40% de la población económicamente activa cotiza con una regularidad aceptable para obtener el derecho a la pensión de jubilación.Según las fuentes consultadas por Portafolio, parece que entre los agentes locales del sector asegurador, la estrategia para solventar los problemas en la cobertura y la inequidad en las pensiones, no solo se remite a un aumento de edad, sino a una mayor formalización del mercado laboral colombiano, poruqe según informes de Colpensiones, actualmente sólo hay unos 7,4 millones de trabajadores cotizando.

Ante este panorama, con base en las implicaciones que podría tener un trabajador por prestación de servicios en Colombia y la variedad de experiencias que se pueden encontrar en diferentes campos laborales, es importante tener en cuenta que la decisión de vincularse o no bajo esta modalidad, a veces no dependerá de sus preferencias, sino de un cúmulo de circunstancias; aun así, es importante que conozca cuáles son sus derechos en diferentes situaciones y escenarios, para que independientemente de sus intereses, sepa que hacer ante una dificultad que se le presenté.