Empleo rural: una ruta hacia la paz.

E-labor le presenta los puntos relevantes sobre lo avanzado en materia de Empleo Rural, presentado en el Foro “Empleo rural, una ruta hacia la paz” ; evento que fue organizado por el Ministerio del Trabajo, la Unidad del Servicio Público de Empleo y Foros Semana el pasado 3 de agosto de 2016 en la ciudad de Cali.

Por:María Alejandra López Jue, 09/15/2016 - 13:05
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El evento contó con la participación de la Ministra del Trabajo Clara López Obregón, el Viceministro de Agricultura Juan Pablo Pineda, el Director de la Federación Nacional de Departamentos, Amylkar Acosta, la Gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro y  Mariana Escobar Arango, Directora de la  Agencia de Renovación del Territorio ART.

Las grandes conclusiones a las que se llegaron apuntaron hacia temas como la descentralización, el desarrollo del campo, su infraestructura y la generación de empleo formal rural.

El panorama planteado por los entrevistados y entrevistadas se resume en dos lamentables cifras: 1 de cada 5 empleos es rural y de ese número de empleados rurales, solo el 12% sí tiene cobertura de protección social. Estos datos apenas dejan entrever la gran desigualdad social y productiva que hay entre el empleo urbano y el rural. En otras palabras, hay muchos desafíos por superar. Los principales puntos discutidos en el foro fueron los siguientes.

Desarrollo rural

El desarrollo rural ha tomado un lugar central en la agenda pública desde antes de que se incluyera como tema del acuerdo de la Habana. Cuando se habla de desarrollo rural, se suele pensar que existe un único modelo de posible implementación cuando en realidad existen muchos. Colombia puede ser el escenario de aplicación de varios modelos que pueden generar desarrollo solo si el gobierno asume esta responsabilidad. Del mismo modo, los funcionarios públcios reconocen que esta política deberá generar impacto a corto plazo toda vez que puede revivir la confianza en las instituciones.

El desarrollo rural que promueve el gobierno es una estrategia integral que incorpora soluciones a la ausencia de titulación de la tierra; más y mejor infraestructura; opciones de mercado; y garantizar seguridad con el fin de la guerra territorial, entre otros. Este desarrollo integrado, como es apenas obvio, requerirá de la cooperación de todos los sectores y las distintas instituciones pues este es un reto nacional. Por ello, se requiere de un andamiaje conjunto con el Sena, Colpensiones, Colombia Mayor, Icetex, Organizaciones Solidarias, la Federación Nacional de Departamentos, el Banco Mundial, la Organización Internacional del Trabajo y por supuesto el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

Como precondición al desarrollo, existe consenso en que se requiere paz territorial y en la importanvcia que puede tener la posibilidad de descentralizar la implementación de los acuerdos firmados recientemente por el gobierno a través de políticas públicas que apunten a reducir las desigualdades entre el campo y la ciudad.

El empleo en el campo

Para lograr una reducción de la pobreza y una ampliación de la clase media en Colombia, es necesario que el campo se consolide como un sector que ofrezca verdaderas oportunidades para los campesinos. Si bien es cierto que la agricultura es una gran fuente de empleo para el país, el empleo no agropecuario representa el 53% del trabajo rural. Para mejorar esta situación, el Ministerio de Trabajo creó cuatro proyectos para promover el “empleo joven” y mejorar el campo a futuro. Estos son:

1. El programa Estado Joven que busca proveer 3000 plazas en el sector público para que los jóvenes colombianos trabajen para el Estado.

2. El programa Manos para la paz que comenzará a funcionar en 2017 en alianza con la ONU, promueve que los universitarios puedan trabajar en las zonas de conflicto.

3. El Piso de protección social pretende consolidar una protección, pagada por los campesinos, contra los riesgos profesionales a los que están expuestos en su labor. Este programa ofrece el beneficio del ahorro para la vejez y podrá comenzarse cuando el campesino así lo decida. Este programa no está fincado en la figura del asalariado; es un ahorro que se busca adaptar a la economía de las familias del campo y consiste en que por cada 100 pesos ahorrados, se obtienen 20 pesos a la hora de la pensión.